MI VERDADERO DESAHOGO EN ESTE PRIMER ANIVERSARIO – CEO Madeleyn Paolini

Este año ha sido indescriptible, infinito y muy agridulce. He vivido una montaña rusa de emociones, de aciertos y desaciertos, de muchísimas decepciones y derrotas, de pérdidas materiales, pero mayor han sido las emocionales, son incalculables, pero también con el nacimiento de proyectos muy positivos. 

Este año tiene un resumen para mí: es un gran raspón en ambas rodillas y hasta en los codos, pero sanando cicatrices cada día, aprendiendo que no se puede confiar en todo el mundo y que no todos reman en tu mismo sentido.

Estos 365 días han sido un sube y baja lleno de lágrimas, sudor, de emoción y de miedo, de risas, taquicardia, mariposas en el estómago, de rabias y enojos profundos, de salir del cascarón y de la zona de confort mil veces, de reinventarse muchas veces, quizás hasta diario, de malas decisiones, de personas que agradezco la vida haya apartado de mí, porque como me dijo alguien apreciado para mí, tu marca escupirá a quien no deba pertenecer a ella. 

 

Este año no me deja recuerdos bonitos en su totalidad, ha sido un año que mi libertad se ha reducido a quizás un domingo y si acaso, mi libertad se acabó, un año que no he parado un segundo de trabajar por construir una marca bonita, un año que desde las 7:00 a.m hasta las 10:00 p.m -11:000 p.m estoy evaluando, analizando, ayudando, viendo oportunidades de mejora y corrigiendo. Es tan difícil que la gente haga su trabajo, es tan difícil entender el síndrome de madre soltera del que habla Rossana. 

No sé si es un tema de cultura en mi país o es un tema generacional, los centennials y su estabilidad mental son complicadas de entender muchas veces para un millennial como yo, que creció trabajando y entendiendo el valor de las cosas, de los triunfos y que no uno llega a la cima porque alguien te carga hasta allá. Lucho a diario con temas personales de cada quien, hijos, familia, equipos electrónicos, enfermedades, universidades y mil cosas que invito dejar de la puerta para afuera. La gente trabaja mucho, pero también pierde mucho tiempo y no siempre están dispuestos a darte la excelencia de lo que pueden hacer. Muchos sienten que su trabajo vale mucho más y seguro es así, me encantaría poder tener a 30 personas bien, ganando miles de dólares, pero la realidad es que los números no dan. Incluso yo gano mucho menos que antes cuando era empleada, muchos meses no he cobrado ni un dólar, al contrario, pongo de mi bolsillo para que todos cobren a tiempo. Jamás me he retrasado con nadie ni un día, soy respetuosa con eso, ya sufrí mucho cuando debía pagar y no me pagaban a tiempo a mí.

Antes, de empleada en una zona rica de confort, viajaba, era nómada digital y tenía un equipo que me respaldaba y jamás me mortifiqué por trabajar de noche o fines de semana. 

Como cambian las cosas, cuando te duele cada cosa que dañe tu reputación, como duele un rechazo, como duele una queja, como duele un cliente desatendido o un cliente que se retira molesto, como me cuesta recibir el pago de un cliente insatisfecho, como duele ver la indolencia de muchos, como duele seguir a tus compañeros de trabajo porque así los consideras tirando puntas para su trabajo, y en ese momento entiendes que son empleados y no debes encariñarte con nadie. Pero, como cuesta verlos como máquinas operadoras y ejecutoras de tareas, no soy así, no está en mi ADN de liderazgo y empatía. 

Sueño con un equipo motivado, que rememos todos en la misma frecuencia, una máquina perfecta donde todos apoyemos el trabajo de otro, vivimos en un mundo donde la descripción de cargo es más importante que la proyección futura laboral, donde quiero que me digan donde comienzan y terminan mis responsabilidades, porque si algo está mal y le toca a otro, no es mi problema. 

¿Por qué dejar hundir el barco y no sentir dolor?, ¿Cómo se llega a eso?, ¿Cómo consigues que el sentido de pertenencia de alguien sea mayor al tuyo como dueño de negocio?

Este año ha sido tan fluctuante en todos los aspectos, no sé si serán los astros, los planetas o el país, pero arrancamos un emprendimiento con 30 mil dólares en facturación base y con proyección de triplicarse, pero al cabo de 6 meses, llegamos a estar en mucho menos de un cuarto de eso. Con unos gastos operativos altos, con desconocimiento de leyes, administración venezolana, finanzas y recursos humanos. Que diferente es ser CEO a ser Gerente, caramba. 

Este es mi desahogo y quisiera dar un mensaje motivacional, diferente, pero soy un ser humano que siente y que además es más sincera que lo que ves en el espejo cada mañana al despertarte. Quisiera decirte que este año ha sido magnífico en todos los aspectos, pero no es así, la decepción que siento de muchas personas y aún en este momento son asqueantes, tanto así que prefiero ni seguirlos en redes sociales porque además se dan el tupé de mandar indirectas y mensajes subliminales, en lugar de seguir con su vida, ser felices y entender que salieron por la puerta de atrás, que desde mi boca como empresaria no tienen una recomendación y que con todo y eso espero que la vida los ponga en el lugar que deseen estar. Porque no hay nada más sabroso que hacer lo que quieres hacer con tu vida, que horrible se siente llegar a un lugar de trabajo y marcar una tarjeta quejándote con el universo y pensando “¿qué hago aquí?”

En Desahogo Marketing desahogamos nuestras ideas, nuestros talentos y hacemos las cosas que nos apasionan cada día. Al menos yo me siento así. Lo peor del caso y sin sonar arrogante es que no necesito para vivir este trabajo, pero me apasiona hacerlo, no me produce dinero, pero me produce satisfacción y gratificación profesional. He dejado muchas veces a mi familia en segundo plano, infinitas veces. He dejado a mi hija por primera vez sola en otro país en lucha y búsqueda de un sueño laboral y de superación. De no ser nunca más la sombra de nadie y mostrarle al mundo quién soy. Y que a veces me pregunto si realmente soy buena para esto. Increíble, como el síndrome del impostor juega en tu mente contra ti mismo.

Tengo dos personas a mi lado que son mi apoyo, mis mejores amigas, mis confidentes y las personas a quien sin pensarlo puedo dejar a cargo, Jhosirai y Andrea, sin ustedes, con su fusión de capacidades, competencias y responsabilidades, nada de lo que hemos logrado fuera posible. Son las únicas 100% creyentes en esto y sé que si les saco la sangre, en el papel dice tipo: desahogante positivo. Y no es que los demás no lo sean, pero creo que aún no lo sienten al máximo, repito, quizás es un tema de dinero. El mundo se mueve por dinero, pero aún no lo tengo. A veces digo ok, vamos a reducir la nómina de 30 a 15 personas y le duplico el sueldo a todos, pero cuando te volteas y ves a los 30 full, ¿cómo tomas esa decisión?, no tendrán vida después los 15 sobrevivientes y más allá de vida, no podrán dar la excelencia.

Mis músicos del Titanic, porque así les llamo a Jhosi y Andre, han vivido igual o peor que yo, cada lágrima, cada rabia y cada felicidad. Cada una diferente como aceite y vinagre, pero en equilibrio perfecto, ojalá nunca se vayan de mi lado porque sería peor a que me deje mi esposo. Hoy tengo personas que cumplen un año (o más conmigo) pero un año en Desahogo: Pedro, Daniela, Estefanía y Jota, son 4 ejemplos de excelentes profesionales que están dispuestos a ir por más siempre, tienen un año metidos en una licuadora sin tapa y aquí están, haciendo cosas diferentes y maravillosas, se han equivocado muchas veces, pero aquí he estado para enseñarles y aquí estaré. Creo que en este año he despedido muy poca gente, al contrario, la gente se va sola. La gente que está pendiente de tener 10 trabajos diferentes y usar la oficina como cyber café, terminan saliendo sin salud mental, pero no por mí, sino porque terminan siendo consecuencia de sus propias decisiones.

Soy una universidad y lo seré mucho más aún porque así fueron conmigo y como me han enseñado, yo enseñaré, si hay algo que trasciende es el conocimiento y yo aún aprendo de muchos todos los días. Si hay una nueva pasión en mí es ser speaker, que sabroso se siente estar en un escenario dando conocimientos, una exposición nunca fue algo que me gustara, incluso en trabajos de equipo yo pensaba y ejecutaba, pero muy poco era la que defendía, pero creo que la profesión me llevó a reconciliarme con esa área y agarrarle el gusto a una presentación. Orgullosamente, puedo decir que ahora soy conferencista y me invitan y contratan para eventos importantes, cosa que antes asalariada no tenía ni iba a lograr.

El universo siempre se encargará de llenar esos espacios vacíos que tengas, jamás lo olvides.

Celebro este año, bendito año de aprendizaje, duro aprendizaje y muchos golpes y tropiezos, pero agradeciendo porque más vale ver el vaso medio lleno que medio vacío, y si hay algo que considero clave ha sido el apoyo de mi mamá que ha criado a mi hija en mi ausencia física, mental y emocional. Y de mi esposo que me respeta, me apoya, me considera y me aconseja cada día con sus conocimientos en negocios y empatía de pareja. Que importante es ese espacio que me da para yo poder ser y hacer, estoy segura de que otra mujer con un esposo absorbente y exigente no lo podría lograr. Quien se cala a una mujer sentada en la computadora o pegada al teléfono 14 horas del día y si lo atiende es con un sandwich. Eso nadie lo ve…Gracias familia, gracias por creer en Desahogo Marketing.

Celebro cada peldaño superado, celebro cada batalla y cada meta como si fuera la guerra ganada. Hemos hecho tantas cosas… 365 días que hemos hecho mínimo, 365 cosas diferentes, pegándole a cada piñata a ver cuál revienta. Pero cuando una revienta, las otras absorben. Eso va a cambiar y muy pronto. Como nadie me enseñó a ser CEO, entendí que así como hay gente que necesita mi asesoría en marketing, yo necesito asesoría en muchas otras áreas de negocio. Y con humildad lo reconozco. No sé decir que no y la gente se aprovecha de mí por eso. Mucho vividor en la calle, mucho corroncho que quiere chupar talento y colágeno fresco. Muchos dinosaurios queriendo hacer cosas diferentes sin invertir un centavo, es increíble.

Pocos valoran el talento y la creatividad, es muy subjetiva e intangible para medirla o evaluarla. Muchos consideran que con 20 dólares pueden decirle al sobrino que se lo haga y por su parte, el profesional que estudió para eso siente que le vas a pagar 200 por el mismo trabajo que tú lo ves en 20. ¿Quién le pone valor a tu trabajo?, ¿eres caro o eres barato?, o ¿eres tú quien no puede pagar por ese trabajo?, ¿quién tiene el talento o el conocimiento?, ¿será verdad que el sobrino hace cosas más impresionantes que tú?, ¿será que ya soy un dinosaurio?, todos los días me cuestiono y o seguiré haciendo, todos los días seré mi mayor competencia y mi vara medidora de éxito.

Yo aposté por eso y seré terca en lograrlo, por estatus, por reconocimiento o porque simplemente se me da la gana, porque soy una venezolana que quiere tener un mensaje motivacional, para todos aquellos que lo necesiten, porque no son árboles ni tienen raíces en el suelo. Ya las conversaciones incómodas no me molestan, no les huyo como antes, ahora enfrento hasta al cocodrilo más hambriento y molesto que me consiga porque ajá ¿Qué es lo peor que puede pasar?, todo eso te da calle, experiencia y aprendizaje. No te pasa dos veces a menos que sea bien burro.

¿Que año no?, buen desahogo este, lo necesitaba… hasta el CCCT inundamos luchando para que la oficina tuviera aire acondicionado, ahora abren las ventanas porque les da mucho frío, así como los seres humanos, inconformes… una casita creativa con muchas carencias aún pero construida con amor, cariño y con cada centavo trabajado. Y si bien han salido indolentes del equipo y doy gracias a Dios por ello, también tengo unos chicos maravillosos que hacen un magno esfuerzo por llegar a su puesto de trabajo cada día, aportar, a ser unidad de apoyo, a tener buena cara y actitud. Por ellos sigo luchando yo, los otros salen solos para quedarse en su casa viendo nuestras redes sociales criticando y muy en el fondo, extrañando estar ahí, pero bueno listo que sigan como freelancers dichosos y libres como colibríes, duerman hasta tarde y no se quiten la pijama en todo el día, eso tendrá más adelante un mejor resultado profesional, me cuentan cuando tengan su casa y su familia luego de los 30 años. Pero por favor me cuentan, ya yo tendré 40 y me gustaría escucharlos

En este avión donde escribo estas palabras, en silencio, paz y sin que nadie me ensucie mis pensamientos, quiero dar gracias. Gracias a Dios por cada decisión que tomé porque aunque haya sido muy mala, aquí estoy fortalecida y ha sido parte del proceso. Nadie me dijo que sería color de rosa. Yo soy otra persona, hace 365 días ya tenía mucho en caja fuerte pero ahora siendo emprendedora mucho más aún. Aún no pierdo mi capacidad de asombro.

Quiero retomar mis proyectos base: Avel y mi marca de traje de baño, forman parte de todo esto y lo dejé a un lado por culpa de los demás. Quiero lograr lo que no hemos logrado, pero ahora con más costra. Mi legado: cáete mil veces, pero límpiate las rodillas y sigue. No creo en gente pegada con ganas de quitarse la vida porque no tiene salud mental, no creo en la gente con depresiones y no lo creo porque yo estuve ahí, y uno está allí por uno mismo, no por los demás. Nada del exterior te quita la estabilidad mental, que no seas tú mismo. Nada ni nadie tiene ese poder. Y el único que puede salir incluso de ese foso eres tú, así que no creo en la generación cristal y sus pocas ganas de superación profesional y personal.

Antes ver a una mamá o un papá levantándose a las 4 am en San Antonio, Guarenas o los Valles del Tuy para llevar a sus chamos a la escuela y trabajar todos los días, era bien visto. Ahora es pobrecito, no tiene salud mental… pero no… señores, el trabajo es eso, es trabajo y te pagan por eso, no por existir y respirar. Eres chévere, pero tampoco para tener un sueldo por ello, nadie te regañará el título de profesional ni te distinguirás de los demás que hacen lo mismo que tú, siendo y haciendo lo mismo. Cambia de trabajo si no te gusta lo que haces y deja de quejarte, que la vida es una sola y deberías gastar el tiempo en algo que te guste hacer.

Yo me doy golpes de pecho, porque no juego muñecas con mi hija, pero más me gusta revisar una campaña publicitaria. Y también entendí que en el equilibrio de mi vida se logra una mamá feliz, un hogar feliz. Sin excesos ni abusos todo sale mejor.

Las marcas y sus cosas, el mundo del marketing tan intangible y tan amplio, desde donde estamos y a donde llegamos, como saber si un cliente te mete el pie o te está dando un escalón, quién es quién, en un país tan difícil como Venezuela. Quien te dará el impulso que necesitas y quien se aprovechará nada más de tu inocencia. Ninguna de estas respuestas la tengo, solo sé, que Venezuela es un papel en blanco donde hay cosas maravillosas para hacer, pero pocas dispuestas a pagar por ello y pocas personas con ganas de ejecutarlo porque tampoco han visto más allá de lo que ven en ese país.

Que bien aprovechadas estas dos horas, en este mes de aniversario y cambios importantes en mi vida, estaba buscando este espacio para DESAHOGARME y contarles como me siento, porque sería bonito dar un mensaje más positivo y agradable, pero la realidad es esta, y no quiero maquillar mis sentimientos. Esta es mi verdad, pero así como lo es, también lo cierto es que vamos por más y no me cansaré de llevar mi mensaje a cada rincón, de adiestrar personas, de cambiar vidas, de construir marcas y de ser esa pala que muchos necesitan para desenterrar esos pies que están metidos en la tierra como si fueran un árbol.

Para cerrar, debo anunciar que desde este momento Andrea Baute y Jhosirai Peña serán mis socias y les corresponde un 10% a cada una de las acciones de Desahogo Marketing. Gracias infinitas, siempre a ellas. 

Mi gratitud será infinita siempre porque cada bendición y cada objetivo logrado lo hemos hecho en equipo.

Gracias por leerme hasta aquí, feliz primer cumpleaños Desahogo Marketing, vas a ser grande, tu marca y tu concepto traspasará fronteras y plataformas digitales.

Este fue mi desahogo…

Madeleyn Paolini

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